La Leyenda del Caiman de Oro
Dado que LA
BABILLA O CAIMÁN FUCUS era junto con la hicotea los animales principales de esa
cultura anfibia, pues los encontraban en todas partes y constituyeron, la base
de su alimentación animal, 1.-(Dolmatoff) 2.cultura anfibia
hombre hicotea (Fals- B..orda) aparece la leyenda del Caimán, este según
los antiguos describía con su contorno esquemático las poblaciones zenúes. En
efecto Betancí estaba señalada en la Cola del Animal, su pata trasera derecha
en Ciénaga de Oro, la Izquierda en San José de caita-Orika, (hoy Lorica- Momíl)
su mano delantera izquierda en Sincelejo, Palmitos Sucre y su mano
delantera derecho en Chinú -Sampués, Sahagún- agregamos a esta leyenda, algo
que le falta para ser completa, la garganta, cabeza del animal que apuntan
hasta la desembocadura del MAGDALENA en terrenos del bajo Bolívar hasta el
canal del dique, en línea recta con sus afiladas colmillos.
El resto de la leyenda, de que el caimán se encontraba debajo de la Iglesia de San Andrés, no tiene nada de verosímil, puesto que la Iglesia para esa fecha no estaba construida, y una leyenda auténticamente indígena, nada tiene que ver con una institución representativa de la cultura religiosa Europea.
El resto de la leyenda, de que el caimán se encontraba debajo de la Iglesia de San Andrés, no tiene nada de verosímil, puesto que la Iglesia para esa fecha no estaba construida, y una leyenda auténticamente indígena, nada tiene que ver con una institución representativa de la cultura religiosa Europea.
Leyenda de las Mohanas
Según la
leyenda, las Mohanas eran princesas zenúes que en visiones extrañas, surgiendo
de las aguas, aparecen a orillas de los estancos, arroyos, ríos y quebradas,
algunas llaman al varón para hacer el amor una sola vez.
En el
municipio de San Marcos, cuentan los ancianos de una Mohana de senos hermosos
que a la hora del medio día peinaba su mata de cabellos larguísimos y verdosos
bajo la sombra de unos caimanes en la poza encantada de la Litika -Orillas del
pueblo-, donde las mujeres iban a lavar o quienes iban a bañarse a esa hora la
veían.
Estas
princesas aparecían en otras regiones del San Jorge y de las sabanas de Sucre,
como en el arroyo de Corozal
Leyenda de La Marquesita
En la historia de la iniciación del
municipio de San Marcos se hace necesario hablar de una mujer de gran temple en
su carácter, decisión de mando y belleza, cuyo nombre era Isabel Madariaga, a
quien apodaban Marquesita.
Cuentan que su hacienda poseía tantos
vacunos, que en la construcción de los corrales y cuadras se empleaban
centenares de pieles de buey, con notable beneficio para los bejucos
silvestres; dicen que convertía en novillos cada binde o comején de la
hacienda, con solo darles una patada.
Su pasatiempo consistía en criar
palomas, y eran tantas las que tenía que en las mañanas y por las tardes se oscurecía el cielo
con su ida y venida.
Su riqueza era tan grande que cuando
sacaban las monedas de oro y plata para lavarlas, daba un aspecto fantástico a
los patios y corrales de la hacienda, ya que los discos metálicos eran puestos
al sol para su secado, bajo la vigilancia de sus sirvientes más leales.
Cuando murió hubo una gran conmoción en
su hacienda, el ganado comenzó a bramar y a arremolinarse, las palomas levantaron
vuelo y los animales domésticos huyeron al monte. Al final, sus ganados
emprendieron un viaje interminable guiados por un canto de vaquería
sobrenatural y eran tantos, que sus miles de pezuñas hundieron la tierra
fangosa labrando un canelón, lecho por donde hoy corre el caño Carate.
Leyenda del Corcovao de Tofeme
Desde la orilla del río San Jorge se
alcanza a ver por las mañanas despejadas o después de fuertes lluvias la sombra
azul del cerro del Corcovao. Según la tradición, dicen que allí vive el Mocán
-guerreo-Tofán o Tofeme, ñato y tuerto de tanto guerrear, ya que viejo lo
pusieron a vigilar al enemigo en lo más alto del cerro, debajo del árbol de
totumo de oro que nadie puede coger, porque se pierde en la manigua.
Tofeme es bueno porque además de
conducir lauras y águilas que van a desovar al cerro, cuando se fastidia de
vivir solo entra en ira y desata tempestades e inundaciones cada 12 años, pero
cuando ve aproximarse un enemigo, truena con voz ronca y suelta relámpagos en
seco. ¡Tronó Corcovao! Gritaban los indios y salían a esconderse a una isla
flotante, que nadie jamás ha conocido. Hoy día los habitantes de las cercanías
al río San Jorge siguen creyendo en él y cuando suena Corcovao no salen a
esconderse como los indios, sino que se apresuran a preparar las fértiles
tierras para sus cultivos y la madera para los posibles tambos, porque tras los
truenos vienen las lluvias.
Leyenda de Torcorá
En la
ciénaga de La Sierpe, aparece de pronto la canoa con el tesoro que cuida el
mocán del Corcovao; el que la ve está perdido si quita el limón de acero que
está en el ojo de esa canoa, porque la serpiente Torcerá, que es una bruja y
duerme sobre el tesoro, despierta y ataca. Ella tiene patas y plumas en las
orejas.
El encanto de la ciénaga de Pajaral
La ciénaga
de Pajaral era muy honda y turbulenta; en los meses de verano aparecía hace
mucho tiempo un bagre grande, el cual varios arponeros se dispusieron a
cazarlo, llegando pescadores de todas partes, pero los que llegaban a darle con
el arpón, éste rechinaba, no le entraba y en el mes de agosto se veía una vaca
negra y cachona comiendo en medio de la ciénaga, lo cual era imposible ya que
la ciénaga era muy honda.
En esta
misma ciénaga, Joselito Álvarez salía en la madrugada para atarrayar; cuando él
tiró la atarraya oyó que otro también la tiraba, pero no lo vio en el momento,
después volvió a mirar, y vio que era un esqueleto humano el que lo estaba
acompañando en su labor de pesca, fue tanto el susto que se perdió a su
regreso, apareciendo a los dos días sonámbulo y todo harapiento.
Duendecillo mohán
Es un indiecito duende que caracolea a las personas al pie del odio y cuando están dormidas les corta el sueño hasta el fastidio; algunos dicen que es un niño porque han visto sus huellas en las orillas de los caños del río San Jorge, y porque al pie de la cama de quienes molesta, le han regado ceniza para que deje pintada las huellas de sus piecitos.
Es un indiecito duende que caracolea a las personas al pie del odio y cuando están dormidas les corta el sueño hasta el fastidio; algunos dicen que es un niño porque han visto sus huellas en las orillas de los caños del río San Jorge, y porque al pie de la cama de quienes molesta, le han regado ceniza para que deje pintada las huellas de sus piecitos.
La única
forma de retirarlo de su molestadera y fregadera, es mandarlo a buscar agua al
mar en un catabre; pues él trata de traerla, pero el agua se le pierde antes de
llegar y regresa nuevamente a buscarla, hasta no traerla nunca.
El fantasma de Juan Lara
Es un espíritu burlón que aparece de
vereda en vereda y de pueblo en pueblo, enamorado de alguna muchacha a quien
asedia hasta enloquecerla. Si no es correspondido, empieza a hacerle la guerra
lanzando piedras en los techos con risotadas que se oyen en el aire, las cuales
no se sabe de dónde vienen; se cree que en vida debió ser un hombre libidinoso,
que por algún pecado sexual pudo ser condenado a vagar libre de enamorarse,
pero con la desdicha de no ser correspondido y de no poseer pretendientes.
Cuentan que
en Caimito asedió a una bella mujer casada, a quien tiraba regalos y piedras
preciosas, pero al ser rechazado y repudiado pasó a odiarla, a tal punto que
cada hijo que la señora iba teniendo no se lo dejaba criar.
En la vereda
de Platero, muy cerca de Caimito y de San Marcos, se dedicó a una niña de
rubios cabellos, a quien puso al borde de la locura y pudo salvarse del caso
porque sus padres la llevaron a San Marcos para que el cura la exorcizara, tras
lo cual fue retirado el espíritu.
Juan Lara también
hizo aparición cerca de San Marcos en la vereda de San Felipe. Allí se enamoró
de una muchacha de cabellos rubios y ojos verdes, también le tiraba flores,
piedras preciosas y regalos. La muchacha, al no ceder a sus deseos, empezó
arañándole el rostro y luego todo el cuerpo, con pellizcos y chupones, por
último hasta provocó el incendio de su casa. La muchacha y su familia tuvieron
que irse a vivir a Santa Inés.
El Negro Chirino
Su origen
proviene desde la fundación de San Marcos. Dicha fundación, primero como hato o
hacienda de ganado con el sugestivo nombre “Hato Mayor de San Marcos del
Carete”, correspondió indudablemente al capitán don Juan de Zabaleta en los
últimos años del siglo XVIII, pues, sabido es que el 14 de septiembre de 1706,
fueron inventariadas las tierras con sus ganados vacunos y caballerías y con
sus esclavos debido a la muerte del capitán. Chirino, como negro cimarrón,
adquirió mucha fama, después de su muerte se fue reencarnando con el mismo
apodado en individuos especiales, bravos, apuestos, osados y hasta toreros,
como el último, cuyo nombre de pila era Manuel Guerra Pinto. Una de sus hazañas
fue en la época de la violencia, al liberar 409 personas que iban a ser
quemadas vivas. El 12 de abril de 1997 desapareció, asesinado vilmente a palos
en un fandango en el corregimiento de Cuenca – San Marcos.
Tal vez por
envidiosos, porque en dichas fiestas había hecho faenas doblegando toros por
los cuernos. Después por estas razones se habla todavía con respeto y
admiración del Negro Chirino. Todos los moradores del San Jorge están a la
expectativa de conocer el nuevo Chirino.
El espanto del cementerio
Hace mucho tiempo, en Las Flores, una
mujer vestida de blanco que caminaba de arriba hacia abajo y de abajo hacia
arriba por el callejón que conduce al cementerio, los que la vieron decían que
no pisaba sobre la tierra sino que andaba por el aire; una noche un muchacho de
apellido Cardoso se dispuso a descubrir qué era. Primero se emborrachó porque
dijo: “Me la voy a coger borracho”, cuando seguía a su casa se acordó del
espanto y se dispuso a descubrirlo, cuando la encontró caminó hacia ella y el
espanto hizo lo mismo, cuando el muchacho se dio cuenta que no era nada bueno
salió corriendo y antes de llegar a su casa se tropezó y cayó en una zanja,
allí lo alcanzo el espanto y lo mordió todo, dejándolo negro. El muchacho iba
vestido de blanco, pero después del suceso el vestido ni siquiera se ensucio,
el muchacho murió y el espanto nunca más salió.
Leyenda del Mohán
Trasladándose a la época de la colonización, se denomina Mohán a los
sacerdotes indígenas cuyo nombre utilizaron los campesinos para denominar a
este ser fantástico y mítico de los campos y orillas de los ríos.
Según la
tradición oral, es un mito antropomorfo, masculino, universal, con figura de
indio viejo, musgoso, demoniaco, travieso, brujo, andariego y enamorado; le
gusta el tabaco y la sal, enredar a los pescadores y jugar con sus atarrayas,
embrujándolos con una melodía de encanto y misterio que los transporta a un
mundo fantástico, utilizando como alternativa para volver a la realidad tabaco
y sal.
Leyenda del Animero
Personaje
mítico que existe en el sur de Bolívar en límites con el departamento de Sucre,
desde fines del siglo XIII, especialmente en la Villa de Mompóx, tierra de
aborígenes declarada patrimonio cultural de la región. Cuentan sus moradores
que en las noches en la calle del Barrio Arriba se escuchaba el murmullo y voz
melancólica de un hombre que rezaba el padre nuestro por el descanso de las
almas en pena: El Animero, quien infundió temor y desolación en el pueblo;
solamente una mujer incrédula tuvo una vela que se convirtió en un hueso,
enfermándola y llevándola hasta la muerte, suceso que trascendió en la región
como una leyenda que vive en lo más recóndito de sus habitantes.
El Muerto Alegre.
Otro rito funerario en Córdoba tiene por nombre
"Muerto alegre". Se inicia con una rara petición que hace el enfermo
ya en estado agónico. Pide que lo entierren muerto alegre. El hijo mayor se
encarga de cumplir esta solicitud. Va a la carpintería y ordena que le
confeccionen un cajón especial. La madera usada en la construcción de la caja
mortuoria debe ser curada. Las tablas de los laterales deben ser de distinto
grosor para que al ser golpeadas emitan sonidos diferentes.
Llegado el momento del
entierro el difunto es introducido en la caja aprisionando su cuerpo desde los
hombros hasta los pies mediante trapos o cuñas de balso. Solamente la cabeza
del cadáver quedará libre de obstáculo para que en el bamboleo, golpee los
laterales de la caja.
Cumplido lo anterior los cargadores del muerto
inician la marcha hacia el cementerio. Sus pasos serán irregulares, como
cojeando, ya de un lado, ya del otro, para que la cabeza del muerto, en forma
sincopado, tamborilee alegremente en los laterales del cajón. El público que ve
pasar el entierro y oye estos golpes, exclama: ¡Ahí va un muerto alegre!
Gritón
Se dice que
es hijo de una india que, expulsada de su tribu, fue sorprendida y poseída en
medio de la selva por el demonio. De esta unión nació El Gritón, un ser mitad
humano y mitad demonio.
Su
terrorífico grito arranca los árboles de raíz, hace temblar la tierra, desborda
los arroyos y atemoriza a los seres que lo oyen. Persigue a los hombres que
osan cruzar la selva a media noche.
El duende
Es un espíritu que vive en las casas
abandonadas o en las encrucijadas de los caminos boscosos. En los lugares donde
hay niños sin bautizar, se le oye cantar debajo de las camas. Persigue y engaña
con objetos brillantes a los niños llevándoselos a intrincados rastrojos donde
les chupa la sangre.
Se dice que
solamente los futuros padrinos pueden rescatarlo o alejar al duende con el
bautizo.
Leyenda de La llorona
Es un
espíritu en pena que busca a su hijo. Se afirma que fue una mujer que perdió su
único hijo y enloqueció. En su dolor culpó a Dios por su pena y fue maldita por
los viejos del pueblo. Nunca dejó de llorar y después de muerta su espíritu
sale por las noches y lanza su llanto quejumbroso eternamente.
Agüero del yacabó
Es un rapaz diurno y nocturno. Según la tradición oral, es un pájaro
agüerero que anuncia la muerte con su canto. Si quien escucha este canto está
enfermo, no recobrará más la salud.
El niño en cruz
Es un objeto que representa a un niño
crucificado. El usuario debe metérselo entre piel y carne y alimentarlo con
su sangre. Como tribulación, el objeto maligno no permitirá que su dueño sea
herido.
Los animes
Son animalitos de color oscuro, que
tienen la boca roja y los ojos centellantes. Se guardan en un cacho de buey,
que es muy resistente, ya que los animes padecen de un hambre voraz y todo lo
roen. El hombre que tenga los animes es un buen trabajador en todos los campos.
Se dice que para alimentar a los animes se les da saliva y dos veces al año hay
que llevarlos a una hacienda para que devoren reces, lo cual se hace a
escondidas. Si los animes no son alimentados se comerán al dueño.
La aguja del muerto
No es más
que una simple aguja que con mucho sigilo se hunde en el talón de un enfermo en
estado agónico. Al momento de expirar preguntará: “¿para qué la quieres?” y se
contesta: “para enamorar”. Se saca la aguja del talón y se envuelve en un
algodón impregnado con agua bendita.
El poseedor
la usará dando puntadas en el aire cerca de la mujer pretendida, y ésta, al
momento, enloquecerá por él.
El encanto de Tofeme
Me contaba mi
abuelita que en el cerro Tofeme sucedían muchas cosas fantásticas y misteriosa una de ella es que un cazador andaba detras de una manada de zainos y llego hasta la cima del cerro. Cuando de pronto observó una gran agua con arena brillante como el sol. En la cúspide del cerro, el cazador se acercó y pudo ver varios caimanes en la orilla,entonces
como no había podido matar ni un zaino, se dispuso a disparar a uno de los caimanes.
Después de hacerlo lo descueró y
tomó sólo una paleta de animal. Cuando llegó a su casa le dijo a su mujer lo
sucedido y sacó de la mochila la paleta del caimán para ahumarla y hacer un
revoltillo pero fue tanta su sorpresa, que al sacar el pedazo de paleta de la
mochila estaba convertido en puro oro.
Como la ambición
rompe el saco, el cazador sin avisarle a nadie, para no compartir el gran
tesoro; madrugó al día siguiente llevándose la sorpresa que en el sitio
habían desaparecido los caimanes y la
laguna.
En otra ocasión,
el mismo cazador volvió a intentar otra cacería y llegó hasta el cerro en busca
de guartinajas, pero no logró encontrarlas. Subió nuevamente a la cima y
encontró una hermosa mata de ají cargada de frutos maduros. Más adelante vio un
palo de totuma grande, ya con su mochila llena y sus totumas se dispusieron a
regresar a su casa, resultaba nuevamente en la mata de ají y de totumo. Por más
daba vueltas y tomaba el camino de regreso a su casa, resultaba en el mismo
sitio. Esto se repitió todo el día sin poder encontrar el camino de retorno. Ya muy cansado con la mochila de ají y los totumos,
se deshizo de ellos y tomando su machete, destaponó un totumo y sacó una
totuma. Anochecía y cansado de tanto caminar en el mismo sitio, hizo un último
intento por tomar el camino de retorno a su casa, sorprendido porque ahora no
se volvió a extraviar y llegó derechito a su casa.
Al contar a su
mujer lo sucedido, le entregó los totumos para que viera el tamaño de las
totumas, cual sería su sorpresa y la de
su mujer al encontrar en la mochila
varios ajíes estrujados y las totumas todas convertido en oro. El
cazador no volvió más al cerro.
seria mejor si separaras los mitos y las leyendas
ResponderEliminarMuy buen trabajo de recopilación. En otras paginas no encuentras nada ni así de cerca como en esta SI QUIERO BUSCAR SOLAMENTE DE MITOS. Muchas gracias. CONTINÚA PUBLICANDO.
ResponderEliminarme puedes decir si "El Gritón" es mito o leyenda?
ResponderEliminarLeyenda
EliminarUhhezwuhwhe y que
ResponderEliminarMuy buen trabajo
ResponderEliminarInteresante trabajo de rescate rescate de nuestra MITOLOGÍA.
ResponderEliminarFELICITACIONES.
Gracias.
ResponderEliminarExcelente trabajo. Felicitaciones
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